martes, 18 de mayo de 2010

Lo que me dicen tus tacones


Lo que me dicen tus tacones. Hoy me incitan a que te someta a mi cuerpo. Ayer tu pisada cansada me pedía que te abrazase, que había sido un día muy duro. El sábado, cuando llegamos a casa, me decían "lo he pasado de miedo, pero cógeme porque no puedo más". Pero hoy son distintos, hoy están especialmente agitados, nunca había visto así a tus zapatos. Gimen silenciosamente y se enredan alrededor de mí, creando un lazo imposible de romper.
Hace unos días, la ligera suela de tus bailarinas quería marcharse a pasear. Esos días estás especialmente curiosa, ya que me recuerdas a una niña, tal vez porque te da igual aparentar ser más alta. Así pareces más tú. Pero cuando llevas sandalias tus pies quieren ir a la playa. Y yo, voy con ellos. A veces los desnudas, pero los metes entre las olas enseguida o en la arena, tienes miedo de pincharte con una piedrecita.
Unas botas de diseño me gritaron una vez, y otro día me amenazaron. Esas me dan miedo, y cuando las veo, prefiero salir de la habitación y volver cuando lleves algo más cómodo. Unas zapatillas desgastadas de deporte me indicaron tu caracter alocado y juvenil, y una vitalidad oculta en ti.

Tus medias tienen la habilidad de volverme loco buscando qué hay debajo. Las negras me piden intimidad, las más claras en susurros me gritan que te desee. Pero tus pies desnudos son distintos.

Son tímidos, blancos y suaves. Me tientan para que les bese y yo no sé negarme. Se acercan para que les arrope y yo los doy todo mi calor. ¡Ay! Cuántas cosas daría por tus pies desnudos.




Porque son como tú.

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