jueves, 10 de diciembre de 2009

Sube al árbol


-Eh, ¡mira, mira! sube conmigo-

-¿Quieres decir allí arriba? Pero si eso está muy alto. Deberías bajar antes de hacerte daño-

-Tú siempre eres igual, ¿verdad? Si no llegas a lo más alto no podrás ver las hojas de cerca-

-Desde aquí las veo bien claras-

-Pero arriba podrás tocarlas-

-Baja-

-No-

-¿Cómo?

-Eres un aburrido. Si no subes tú, lo haré yo, y te quedarás abajo-

-Puedo caerme si subo. Además, tengo miedo a las alturas-

-¿Y quién te dice que yo no me vaya a caer? Pero si me caigo, me volveré a levantar y subiré, aunque tú me lo impidas-

-Eso es muy propio de tí-

-No lo dudes-

(Silencio)

-Me descolocas. No puedo comprenderte-

-Eso es porque tú y yo somos muy distintos. Tú eres un reprimido-

-¡Tú tampoco es que seas muy buena persona! ¿Te crees que por subir a un árbol eres rebelde, que vas en contra de la sociedad?¿eso te satisface?-

-¿Y tú? ¿Quieres decir que eres maduro porque no subes al árbol?-

(Silencio)

-Una vez subí. Tímidamente fui escalando. Quería llegar a la copa, gritar y sentirme libre. Sentir el aleteo de las aves volar. Y después me tiraron sin compasión. Y caí, y caí, hasta las duras y entrelazadas raices del árbol. Y la arena levantada por el golpe me cubrió.

Ya no hay restos de arena, y las magulladuras han sanado. Sube tú, que tienes valor. No quiero volver a intentarlo-

(Silencio)

-Tienes miedo al árbol-

-Tengo miedo a que me empujen-

-Nadie lo hará, ¡yo...!

-¡No! ¡No quiero oirlo!

(Silencio y lágrimas)

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