-He llegado tan tarde…
-Moriré, pero sabiendo que te he podido hacer mío el tiempo que he permanecido viva.
-Siento cómo te evaporas en mis manos. No te marches, por favor.
-Sigo aquí, contigo, vida mía.
-¿Vida tuya?
-Creo que habría muerto antes. Te necesitaba para vivir un par de horas más.
-Solo he podido darte un par de horas. Un par de horas agonizantes.
-No te tortures, amor. Convierte los espasmos en risas disimuladas, y torna la tristeza de las lágrimas en loca alegría. Los sollozos no son más que risas descontroladas. Haz que el remedio a la tragedia sea una pincelada de color, y no te culpes, porque siempre serás mi héroe.
-No te vayas.
-No me he movido.
-Si tú mueres, lo haré yo también.
-Ah, no, no lo harás. Seguirás viviendo.
-Viviré por ti.
-Estás equivocado. Viviré en tu recuerdo, pero debes vivir, y continuar con tu vida. La felicidad… la felicidad…
-¡¿Qué ocurre?!
-Me siento tan débil…
-No me abandones…
-Deja de ser tan egoista. Me estoy muriendo, ¿quieres dejar de pensar en ti?
-No frivolices con esto…
-Si es la verdad.
-Te amo.
-Y yo a ti… para siempre.
Hey, me gusta como escribes.
ResponderEliminarTe seguiré, no lo dejes nunca.
Un abrazo ;)